sábado, 23 de octubre de 2010

la ciudad ideal de Leonardo da Vinci

a búsqueda de la perfección, equilibrio y funcionalidad en las proporciones, por parte de Leonardo, no sólo estuvo circunscrita a la anatomía humana (expresada con maestría en su popular Hombre Vitruviano), sino también a la relación entre las partes y el todo de las ciudades. En uno de sus cuadernos anota, con su escritura especular, junto a una perspectiva urbana: “Por las calles superiores no circularán vehículos ni objetos similares, sino que serán de uso exclusivo de los caballeros. Los carros y las cargas para uso y comodidad de los habitantes deberán utilizar las calles inferiores”.
Boceto de Leonardo Da Vinci de la Ciudad Ideal
Ciudad Ideal
.


Buena parte de los conceptos arquitectónicos de Leonardo fueron influidos por el tratado de Filarete (Antonio di Piero Averlino), publicado en 1465, quien concebía la distribución de los espacios urbanos como un hecho estético, de armonía geométrica y formas simples. Para Leonardo, sin perder de vista este equilibro matemático, el planeamiento urbano debía satisfacer necesidades bastante concretas y, en buena medida, ponerse al servicio de la eficiencia. En otra parte de sus cuadernos anota: “Los suministros, como la madera, el vino y otras cosas por el estilo se llevarán por la puerta N, mientras que los retretes, establos y otras materias fétidas deberán vaciarse subterraneamente”.

Estas ideas, así como su equipo de inmersión, su vehículo autopropulsado, su planeador alado, y demás artefactos no pudo llevarlas a cabo, pero es evidente que influyeron poderosamente la imaginación de las siguientes generaciones y, en cierta forma, trazaron las líneas maestras de la ciencia y tecnología de estos siglos.